La Carpa




Llovió a cantaros en la ciudad, hacía muchos años que no caía un aguacero de esas dimensiones. Las calles cercanas al circo se anegaron, ese día el nivel del agua alcanzó su máximo nivel.
¿Cuándo escampará? — preguntó en forma desconsolada el maromero José a la payasa Carmen, que estaba pintándose un circulo blanco en el ojo izquierdo.
Tanto esperar por este día para comenzar nuestras funciones en esta hermosa ciudad y ahora esto.
El desconsuelo abrazó a los integrantes del circo, debido a que era difícil que asistieran los niños a la función de las dos de la tarde. La sonrisa y alegría de la carpa se comenzó a transformar en tristeza. Su estado de ánimo decayó, sus alegres colores comenzaron a opacarse.
Sus expectativas para esta función eran muy grandes, ya que la pintaron con colores muy brillantes.
La lluvia no amainaba. La carpa comenzó a llorar de nostalgia. Su lagrimear era muy abundante y unido al agua del chubasco, generaba un volumen de agua gigantesco. Sin darse cuenta, el escenario se estaba inundando.
¿Por donde se estará filtrando el agua? —preguntó el balancín a la cuerda que sostiene la malla de protección.
—No sé. Pero me estoy mojando y cuando me seque estaré muy templada y la función es a las dos de la tarde. —respondió la cuerda estremeciéndose para sacarse un poco el agua que le había caído.
Atchiss!!.....atchiss!!... — estornudaron los preocupados asientos donde se sentarían los espectadores.
A todas estas, la carpa no se había percatado de que estaba anegando el circo con su lagrimear.
José y Carmen colocaron grandes tobos en sitios donde los caudales de agua que caían parecían ríos crecidos, desbordados sin control. No se daban tregua para correr de un sitio a otro.
El mago Omar en medio del circo, gesticuló formas con sus manos, gritaba invocando a sus dioses tratando de parar la avalancha de agua que entraba al circo.
Los acróbatas buscaron la manera de salvar la malla de tanta agua, cuando de repente Juan, uno de los acróbatas, dijo: “El agua no es de la lluvia; es nuestra amiga la carpa que esta llorando”.
Pedro miró hacia la cúpula de la carpa y vio las lágrimas bajando, al ras de la lona de la carpa.
Hermana carpa….Hermana carpa…. —gritaron Pedro y Juan al unísono. Pero sus gritos no fueron escuchados debido al ruido producido por la torrencial lluvia que caía.
Tenemos la solución—dijo en tono alegre el payaso José y salió corriendo junto a Rosa hacia los sitios donde la carpa deja tirantes y comenzó a halarlos, gritaba, tratando de llamar la atención de la carpa.
Pero su esfuerzo fue inútil debido a que la carpa continúo llorando y no se dio cuenta de la presencia de José y Rosa.
¡¡Amigos!! Las lágrimas de la carpa están inundando todo el circo y no encuentro la forma de llamar su atención—exclamó Juan, después de dar un salto mortal triple, caer en el charco de agua que se ha formado en el circo, trastabilló un poco, pero se mantuvo en pie a duras penas.
La única forma de llegar arriba y que la carpa se de cuenta, es la mujer bala; un sólo disparo y aterriza en el tope sobre la carpa.
Ese sitio es muy alto. Tendríamos que colocar el doble de pólvora y no la tenemos. —dijo María, la mujer bala.
Volteó la cara, muy pensativa buscando otra alternativa y en ese momento, observa a Crispín, el conejo del mago.
Tengo la solución—exclamó.
!!!No!!!…yo no...—dijo Crispín en un tono alarmado.
Me da vértigo las alturas.
El mago Omar atrapó y levantó por sus largas orejas a Crispín, evitando con ello que escapara. Este quedó pataleando en el aire.
Crispín, es el circo, lo que esta en juego. Tu riesgo es importante para todos. —dijo María, la mujer bala.
Me duelen muchas las orejas. No aguanto más. Suéltame.
Preparemos la plataforma, antes que se inunde más el circo. —gritó Juan.
Voy a traer la pólvora, antes que se moje—dijo la mujer bala.
El mago miró fijamente las orejas de Crispín.
Ya resuelvo lo de tus orejas.
Omar, el mago, tomó con la mano izquierda a Crispín, con la mano derecha esculcó en el maletín buscando…..
¡¡ La conseguí!! ¡¡ La conseguí!! — gritó, levantando con la mano derecha una cinta adhesiva. Su rostro es de alegría a pesar del agua, que le caía sobre el rostro.
Con esto resolvemos el dolor de tus orejas.
¡¡ No…No!! — exclamó Crispín haciendo esfuerzos por zafarse.
¡¡ La plataforma esta lista!! —dijo una voz en el fondo del escenario.
Esto es lo que tengo de pólvora, pero estoy segura, que alcanzará para enviar a Crispín al cielo, si es preciso—exclamó María con una risa de oreja a oreja.
El mago ha preparado a Crispín, a pesar de la oposición de este.
María se dirigió a la plataforma de lanzamientos y preparó el cañón para lanzar a Crispín.
¡¡ estamos listos!!... traigan al pasajero…
María recibe a Crispín y lo coloca en la boca del cañón.
José ,cuando te diga, oprimes el botón rojo.
¡!Ahoraaaaaaaa……
¡¡¡PUUUM¡¡¡
Y se vio a Crispín volando a la parte más alta del circo en medio de una humareda dejada por la explosión.
Crispín chocó su cabeza contra el mástil, pero éste lo sostuvo y evitó que cayera. Quedó un poco atolondrado por el golpe. Sacudió fuertemente su cabeza, para recuperarse.
¡¡Amiga Carpa...¡¡ —gritó Crispín.
En medio de su lamento, la carpa volteo de reojo y detuvo su sollozo.
¿Que quieres amigo, Crispín?
!!Detén tu llanto, estas inundando el circo y estamos muy preocupados, se pueden dañar las instalaciones y no tendremos funciones mas nunca!!
¿Cómo? , estoy destruyendo el circo,.. No……!!!!
Como por encanto, en ese momento dejo de llover dentro del circo y fuera de él.
La lona se movió abruptamente para expulsar el agua que bajaba. Dirigió su mirada y contempló a los circenses abrazándose de alegría por el éxito logrado.
Disculpen mis amigos, no sabia que estaba haciendo daño. Díganme que hago para solventar.
Queremos que dejes de llorar. Para que el circo no se inunde más y podamos tener la función esta tarde.
Desean algo mas?
Que comiences a secarte, para que muestres los colores más bellos jamás visto por los niños y las niñas de esta ciudad.
Crispín bajó deslizándose por el mástil principal cayendo en el centro del circo y fue recibido por sus amigos, y especialmente por Omar, que le dio un fuerte abrazo.
Los payasos José y María apuraron el trabajo de achicar el agua. Efraín,
acróbata y cotufero, secó los asientos afanosamente.
Las trompetas sonaron con un tono alegre. Los megáfonos invitaron a los niños de la ciudad. La carpa contenta mostró sus hermosos colores.
El maíz de las cotufas saltó gozoso en las cotuferas.
La carpa sonrió con la llegada de los niños.
!! Dos de la tarde !!...comenzó la función.
¡¡¡ Damas, caballeros, niñas y niños asistentes!!!
Bienvenidos a la primera y majestuosa función del circo de Balín……...
Anunció un señor que tenia una chaqueta roja con un gran sombrero negro sobre su cabeza, parado en medio del circo y alumbrado por muchas luces y reflectores.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Aglo

Odio leer

EL tobo.....