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Mostrando entradas de septiembre, 2012

La Carpa

Llovió a cantaros en la ciudad, hacía muchos años que no caía un aguacero de esas dimensiones. Las calles cercanas al circo se anegaron, ese día el nivel del agua alcanzó su máximo nivel. — ¿Cuándo escampará? — preguntó en forma desconsolada el maromero José a la payasa Carmen, que estaba pintándose un circulo blanco en el ojo izquierdo. — Tanto esperar por este día para comenzar nuestras funciones en esta hermosa ciudad y ahora esto. El desconsuelo abrazó a los integrantes del circo, debido a que era difícil que asistieran los niños a la función de las dos de la tarde. La sonrisa y alegría de la carpa se comenzó a transformar en tristeza. Su estado de ánimo decayó, sus alegres colores comenzaron a opacarse. Sus expectativas para esta función eran muy grandes, ya que la pintaron con colores muy brillantes. La lluvia no amainaba. La carpa comenzó a llorar de nostalgia. Su lagrimear era muy abundante y unido al agua del chubasco, generaba un volumen de agua gigant